¿Qué es la obesidad emocional?
Para nadie es un secreto que nuestros estados de ánimo afectan a nuestro apetito. Y es que cuando las emociones nos sobrepasan es fácil llegar a experimentar mucha ansiedad que nos impulsa a comer, no porque tengamos hambre, sino como una opción para tratar de calmar nuestra mente y si no le prestamos la debida atención, puede producir sobrepeso emocional.
La correlación entre emociones y obesidad es ampliamente conocida, siendo objeto de estudio por diversos especialistas. Esto se debe principalmente al hecho de que el sobrepeso emocional se ha convertido en un problema cada vez más común que afecta la salud tanto física como mental de las personas.
Entonces ¿qué es la obesidad emocional?, pues se trata del aumento de peso debido a un incremento en la ingesta de comida producida por la ansiedad que generan algunas emociones que no hemos sabido gestionar adecuadamente. Pero no te angusties por eso, todos en algunos momentos de la vida nos sentimos sobrepasados por nuestras emociones.
¿Te suena todo esto? Si quieres aprender más sobre el tema, sigue leyendo.
¿Cuáles son las causas y los síntomas del sobrepeso emocional?
No existe una única causa que explique el sobrepeso emocional, pues se trata de una amplia gama de factores que juegan un papel fundamental en ello, y es que es preciso tener en cuenta que somos seres biopsicosociales, es decir, que tenemos componentes biológicos, como nuestra genética, psicológicos, como nuestras emociones y pensamientos y sociales que se refiere a nuestras relaciones interpersonales (familia, amigos, pareja, trabajo, etc).
Cada uno de estos factores y su interacción entre sí, pueden llegar a hacernos tener algunas dificultades para gestionar nuestras emociones, y es justo ahí, cuando podemos comenzar a comer de más, no por necesidad, sino buscando apaciguar nuestra mente de esas emociones que nos sobrepasan.
Es importante también que tengamos en cuenta que existen algunas cosas que pueden contribuir a la aparición del sobrepeso emocional, como es el caso de:
- El estrés. Altos niveles de estrés puede hacernos sentir muchas ganas de comer (a veces de manera compulsiva) principalmente alimentos muy poco saludables, como grasas, harinas procesadas, alimentos con alto contenido en azúcar, etc.
- Algunos trastornos a nivel emocional. Cuando tenemos trastornos emocionales como la depresión o la ansiedad, podemos experimentar un deseo mayor por consumir alimentos que los que comemos regularmente.
- Problemas de autoestima. Cuando nuestra autoestima está baja es posible que busquemos sentirnos mejor a través de la comida.
Además de esto, también debemos prestar atención a los hábitos familiares a los que hemos estado expuestos, ¿cómo es la relación de mi familia con la comida?, ¿utilizamos la comida para compensar ciertas cosas?….pues a veces no se trata de algo personal, sino de patrones que hemos copiado y muchas veces internalizado.
Síntomas del sobrepeso emocional
Al hablar de sobrepeso fácilmente identificamos la subida de peso como síntoma principal, pero en el caso del sobrepeso emocional hay otros factores que debemos considerar:
- Comer para manejar o calmar emociones.
- Ansiedad constante por comer, aún cuando no se tenga hambre.
- Pérdida de control del impulso por comer, bien sea por la cantidad o calidad de la comida.
- Sentir culpa y vergüenza después de haber comido.
- Físicamente pueden haber problemas digestivos, fluctuaciones de peso, mucho cansancio y dificultades para dormir.
- Usar la comida como castigo o recompensa.
- Evitar situaciones en las que se come delante de otros por miedo a ser juzgados.
¿Qué emociones se esconden detrás del sobrepeso?
Saber qué emociones se esconden detrás del sobrepeso puede ser un asunto complejo, pues se trata de una causa que varía en cada caso en particular, sin embargo, podemos mencionar las dos emociones que con mayor frecuencia se relacionan con este tipo de aumento de peso:
- Tristeza: los sentimientos de tristeza pueden impulsarnos a querer comer alimentos que nos resultan reconfortantes, buscando sentirnos mejor. Además, socialmente se nos ha enseñado que consumir alimentos como el chocolate o el helado nos hará sentir mejor, por lo que es relativamente habitual caer en opciones con exceso de azúcar que pueden llegar a ser muy recompensantes a corto plazo.
- Rabia: cuando no sabemos expresar la rabia, podemos recurrir a alternativas poco saludables para reprimirla, como consumir alimentos pocos saludables o de manera compulsiva.
Además de estas emociones, es importante tener en cuenta que también pueden haber otras causas a nivel emocional o mental que pueden llevarnos al sobrepeso emocional, como es el caso de:
- Soledad: comer para tratar de llenar el vacío que sentimos.
- Estrés: comer para hacer frente a todas las presiones que tenemos.
- Aburrimiento: comer para tener algo que hacer.
- Ansiedad: comer para tratar de calmar los pensamientos.
¿Cómo combatir el sobrepeso emocional?
Si esto te ha sonado familiar y sospechas o crees que puedes tener sobrepeso emocional no te preocupes, hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar tu salud y que tengas mayor bienestar:
Identifica tus emociones
Para poder realizar un cambio real, lo primero que debemos hacer es identificar las emociones que me llevan a comer de manera compulsiva, cuando realmente no tengo hambre. Para esto podemos valernos de un registro diario de emociones en el que podemos incluir también lo que hemos comido.
Llevar un registro nos permite ver toda la información de lo que nos sucede y muchas veces esto nos ayuda a hacernos conscientes de muchas cosas, como cuáles son los momentos en los que más alimentos consumo y qué emociones están asociadas a este hecho.
Practica la consciencia plena
Los ejercicios de mindfulness son un gran aliado para que podamos tomar consciencia de lo que sentimos y pensamos, es por esto que la meditación activa se ha convertido en un aliado para la salud mental y emocional desde hace ya algunas décadas.
Se trata de ejercicios sencillos que cualquier persona puede hacer y que no requiere de una gran preparación. Es simplemente centrar nuestra mente en el presente, en el aquí y en el ahora y contactar con lo que realmente estamos sintiendo. Esto puede ser de gran ayuda para determinar si realmente sentimos hambre o es solo compulsión por comer.
El apoyo es fundamental
Puedes buscar apoyo con tus amigos o familiares para que te ayuden, recuerda que el simple hecho de hablar encierra en sí un gran valor terapéutico, pues expresar lo que sentimos ayuda a aliviar nuestra alma.
No tienes que tener una agenda establecida de que hablar o centrar siempre la conversación en torno a la comida. El simple hecho de hablar y compartir con otros puede ayudar a aminorar los niveles de estrés y ansiedad, lo que a su vez, va a llevarte a sentir menos ganas de comer sin hambre.
Incluye hábitos saludables
Trata de incluir hábitos alimenticios más saludables. No tienes que forzarte a dejar de comer de la manera en la que lo estás haciendo porque esto paradójicamente genera más ansiedad y sentirás más deseos de comer, pero lo que sí puedes hacer es buscar alternativas más saludables, por ejemplo, en vez de comer una barra de chocolate con leche, consume media barra de chocolate sin azúcar o un poco de frutos secos.
Y no te olvides de incorporar alguna actividad física en tu rutina, no solo por el hecho de que te va a ayudar a bajar de peso, sino que además te ayudará a sentirte mejor debido a que ayudará a tu cerebro a segregar los neurotransmisores asociados a la felicidad.
Ayuda profesional
Si bien hay muchas cosas que podemos hacer por nuestra cuenta para eliminar el sobrepeso emocional, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo experto en TCA, terapéuta o psiquiatra puede ser nuestro mejor aliado para poder comprender nuestras emociones, además de acompañarnos y ayudarnos a aprender a gestionarlas de manera más efectiva.
Es muy importante que en este sentido busques el apoyo de verdaderos profesionales que estén capacitados para poder ayudarte.