Pérdida de peso y diabetes: todo lo que debes conocer
Dietista-Nutricionista en Positive Mental Training. Número colegiado: AND 01296. Especialista en TCA, nutrición infantil, nutrición deportiva, patologías digestivas y educación nutricional.
La obesidad, especialmente en países industrializados, representa uno de los mayores problemas de salud relacionado con la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y la grasa visceral, entre otras. Es cierto que el acúmulo de grasa se produce cuando la energía consumida es mayor que la que el cuerpo gasta, por lo que el cuerpo tenderá a tener más reservas, pero no es lo único que cuenta. Hay muchos más factores implicados, como el metabolismo basal y los factores ambientales y genéticos.
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Sobre las causas
Es cierto que el acúmulo de grasa se produce cuando la energía consumida es mayor que la que el cuerpo gasta, por lo que el cuerpo tenderá a tener más reservas, pero no es lo único que cuenta. Hay muchos más factores implicados, como el metabolismo basal y los factores ambientales y genéticos.
Es más importante la calidad de lo que comes que la cantidad, aunque esto también es importante y, por supuesto, desarrollar actividad física. Con esto quiero decir que dos productos pueden tener las mismas calorías, por ejemplo; dos naranjas tienen aproximadamente 80 calorías, mientras que un refresco de cola de 200 gramos, también tiene 80 calorías. Sin embargo, nunca podremos decir que son dos productos iguales solo con mirar la cantidad de calorías; de hecho, excederse con 150 calorías de azúcar de mala calidad en la dieta implica un aumento de 11 veces la prevalencia de diabetes de tipo 2, hipertensión, obesidad, aumento de grasa, etc., en comparación con un exceso idéntico de 150 calorías provenientes de buenos alimentos.
Este inciso en la calidad de la alimentación resalta la estrecha relación que existe entre la composición de la microbiota intestinal, que se alimenta de comida natural, como frutas, verduras, legumbres y frutos secos, y la obesidad. Los cambios en la microbiota intestinal por una mala alimentación son capaces de promover un estado de inflamación crónico de bajo grado en el huésped, caracterizado por la resistencia a la insulina y el riesgo cardiovascular.
En el transcurso de una sola generación, la diabetes ha pasado de ser una enfermedad rara a una epidemia, en nuestro país, se estima que la prevalencia de Diabetes según la Encuesta Nacional de Salud (ENS) del 2010 es de 9,4%, duplicó la cifra determinada en la ENS del año 2003 en mayores de 20 años. De los cuales el 80% de los casos de diabetes mellitus son clasificados en el tipo 2.
La hiperglucemia, o niveles altos de glucosa en sangre, es característica de todas las formas de diabetes. Cuando los niveles de glucosa se elevan por encima de la capacidad que tiene el riñón de reabsorber la glucosa (el umbral renal), esta pasa a la orina, y da lugar a una micción excesiva y frecuente y a una sed intensa. La pérdida crónica de glucosa puede conducir a una rápida pérdida de peso y también puede estimular el apetito. Los síntomas más típicos que se observan en la diabetes son:
- Aumento de la sed.
- Micción frecuente.
- Pérdida de peso rápida e inexplicable.
- Aumento del hambre a pesar de la pérdida de peso.
- Fatiga.
Estos síntomas de la hiperglucemia son comunes a todas las formas de diabetes, pero se presentan con mayor frecuencia en la tipo 1, ya que el desarrollo de la tipo 2 suele ser muy progresivo. Hoy en día, la diabetes tipo 2 se diagnostica sobre todo a partir de los análisis de sangre rutinarios, antes de que los pacientes manifiestan síntomas.
Tipos de diabetes y su implicación en nuestra dieta
La diabetes mellitus comprende un grupo de trastornos metabólicos caracterizados por unos niveles de glucosa en sangre crónicamente altos. Este exceso de glucosa en el torrente sanguíneo es conocido por hiperglucemia.
La denominación diabetes mellitus incluye tres variantes de la enfermedad: la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 y la gestacional (alta glucosa en sangre asociada al embarazo).
La diabetes tipo 2, es la más habitual, ya que constituye aproximadamente el 90% de los casos de diabetes mellitus. La gestacional, por definición, no es una enfermedad crónica, aunque constituye un factor de riesgo en cuanto al futuro desarrollo de la diabetes tipo 2. Si la hiperglucemia persiste después del embarazo, esta diabetes debe reclasificarse como tipo 1 o tipo 2.
Fundamentalmente, las diabetes tipo 1 y tipo 2 son polos opuestos: una se caracteriza por presentar niveles muy bajos de insulina y la otra por presentar niveles muy altos de esta hormona. Sin embargo, curiosamente, el tratamiento farmacológico son los mismos para los dos tipos. En ambos casos se apunta principalmente a reducir los niveles de glucosa en sangre por medio de incrementar la insulina, a pesar de que la elevada presencia de glucosa en la sangre es solamente el síntoma de la enfermedad, no la enfermedad en sí. La insulina ayuda en la diabetes tipo 1 porque el problema central subyacente en ella es la carencia de insulina natural en el organismo. Sin embargo, el problema central subyacente de la diabetes tipo 2 es la resistencia a la insulina. Este problema sigue sin ser abordado en realidad, porque no hay un consenso claro sobre su causa.
La diabetes, a diferencia de prácticamente cualquier otra enfermedad conocida, tiene el potencial de deteriorar todo el cuerpo. Prácticamente no hay ningún sistema orgánico que no se vea afectado por ella. Estas complicaciones se clasifican generalmente como microvasculares (cuando afectan a vasos sanguíneos de pequeño tamaño) o macrovasculares (cuando afectan a vasos sanguíneos de gran tamaño).
Algunos órganos, como los ojos, los riñones y los nervios, reciben en gran medida el aporte nutricional que necesitan a través de vasos sanguíneos de pequeñas dimensiones. Si estos vasos resultan dañados, tienen lugar los problemas visuales, la nefropatía crónica y el daño nervioso que suelen padecer los pacientes que sufren diabetes desde hace tiempo. En conjunto, se las llama enfermedades microvasculares.
Otros órganos, como el corazón, el cerebro y las piernas, son alimentados por grandes vasos sanguíneos. El daño que sufren los vasos sanguíneos más grandes desemboca en un estrechamiento conocido como placa aterosderótica. Cuando esta placa se rompe se desencadenan la inflamación y los coágulos de sangre, que da lugar a ataques cardíacos, embolias cerebrales y gangrena en la piernas. En conjunto, estas afecciones son conocidas como enfermedades macrovasculares.
La alimentación programada es uno de los pilares del tratamiento de la diabetes, en cualquiera de sus formas. Sin ella es difícil lograr un control metabólico adecuado aunque se utilicen medicamentos hipoglucemiantes de alta potencia. En muchos casos, junto al ejercicio, constituye la única medida terapéutica. El plan de alimentación depende de la edad, género, estado nutricional, actividad física, estados fisiológicos y patológicos. En relación con la alimentación, los hidratos de carbono son fundamentales en el control de la glucemia, ya que determinan hasta un 50% la variabilidad en la respuesta glicémica.
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 es conocida como diabetes juvenil porque habitualmente afecta a los niños y adolescentes. tres de cada cuatro pacientes afectados son menores de dieciocho años, pero puede presentarse a cualquier edad. Es una enfermedad autoinmune, el propio sistema inmunitario del cuerpo daña las células de los islotes pancreatitis que secretan la insulina. Con el tiempo , la destrucción total de las células productoras de insulina ocasiona que la diabetes tipo 1 produzca una grave carencia de esta hormona. Entonces es cuando suelen manifestarse los síntomas.
Los diabéticos tipo 1 padecen una grave falta de insulina. Por lo tanto, el tratamiento de éxito es el reemplazo adecuado de esta hormona. Las inyecciones de insulina han mejorado espectacularmente el pronóstico, lo cual ha dado lugar a la sensación generalizada de que se ha hallado la cura para este tipo de diabetes. Sin embargo, a largo plazo, quienes padecen diabetes tipo 1 tienen un riesgo mucho mayor de sufrir complicaciones en casi todos los órganos corporales que los no diabéticos.
Aparte de los síntomas comunes asociados a la diabetes, uno de los cuadros más graves viene dado por la cetoacidosis diabética. Los pacientes que la padecen (habitualmente, asociada con la diabetes tipo 1) tienen una peligrosa acumulación de ácido en el torrente sanguíneo, a causa de una grave carencia de insulina. Los síntomas incluyen confusión, respiración rápida, dolor abdominal, aliento con olor afrutado y pérdida de conciencia. Se trata de una situación de verdadera emergencia, que debe ser tratada con insulina de forma inmediata.
Alimentos que debemos evitar en la diabetes de tipo 1
Los pacientes con diabetes deben recibir una terapia nutricional individualizada y explicada preferiblemente por un Dietista-Nutricionista. De esa forma, se alcanzarán más fácilmente los objetivos terapéuticos que se deben perseguir con la dieta. La dieta en los pacientes con diabetes ha de adecuarse al estilo de vida, costumbres sociales, raza o religión si se quiere lograr una buena adherencia al tratamiento dietético.
El objetivo general es controlar los niveles de glucosa en sangre, evitando que se eleven demasiado pero también que bajen en exceso. Se recomienda seguir una alimentación saludable y equilibrada, rica en frutas y verduras y con bajo contenido en grasas trans e hidratos de carbono refinados (bollería, helados comerciales, caramelos, galletas, etc).
Las personas que padecen diabetes tipo 1 necesitan tratamiento con insulina de por vida, además deberán aprender a contar la cantidad de hidratos de carbono de los alimentos que consumen. Así se podrá administrar la insulina necesaria y el cuerpo podrá usar los carbohidratos adecuadamente.
Diabetes tipo 2
La “diabesidad” es un concepto en auge que hace referencia a los individuos con diabetes mellitus tipo 2 y obesidad. La obesidad es una enfermedad altamente compleja y es uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de resistencia a la insulina y diabetes tipo 2.
La causa principal de diabetes tipo 2 impulsada por la obesidad es la resistencia a la insulina en el hígado, el tejido adiposo blanco y el músculo esquelético, añadiendo una deficiente insulinosecrección por las células del tejido pancreático para superar esta resistencia.
Estudios recientes sugieren que uno de los mecanismos que impulsan el desarrollo de la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2 es la inflamación inducida por la obesidad, y que esta inflamación está mediada principalmente por el tejido adiposo.
Teniendo en cuenta los síntomas comunes asociados a la diabetes, además en los casos graves de diabetes tipo 2 pueden presentar el síndrome hiperosmolar no cetósico. La hiperglucemia estimula la micción excesiva, lo cual provoca deshidratación grave y convulsiones; la persona puede entrar en coma e incluso fallecer. En cambio, no se desarrolla cetoacidosis en el contexto de la diabetes tipo 2, puesto que los niveles de insulina son normales o altos en este caso.
Alimentos que debemos evitar en la diabetes de tipo 2
El objetivo principal de la alimentación en las personas que padecen diabetes mellitus tipo 2 sería mantener su nivel de azúcar en la sangre (glucosa) dentro de un rango adecuado. Para controlar el nivel de glucosa en la sangre, se debe consumir de todos los grupos de alimentos, evitando alimentos ultraprocesados o grasas trans, optando por grasas saludables y por alimentos naturales como el pescado, la carne, los huevos, lácteos, frutas de temporada, vegetales y cereales integrales.
La actividad física es un complemento de vital importancia ya que ejerce en nuestro organismo un efecto antiinflamatorio que, además de una reducción en el peso corporal, la masa grasa visceral y el equilibrio de la glucosa en sangre. Para el ser humano normal se recomiendan 60 minutos diarios de actividad física moderada o intensa.
¿Qué hay de otros tipos de diabetes?
Dejamos esta parte para hablar un poco o mencionar a los otros tipos de diabetes que pueden tener implicación en este tema.
Otros tipos de diabetes, que son poco frecuentes:
- Defectos genéticos
- Enfermedad pancreática
- Inducida por fármacos o sustancia químicas
- Infecciones
- Endocrinopatías
Diabetes y dieta cetogénica ¿es recomendable?
La dieta cetogénica o “dieta keto”, reduce el porcentaje de hidratos de carbono con el objetivo de alcanzar la cetosis nutricional (estado metabólico del organismo en el que el hígado fabrica, a partir de la grasa, cuerpos cetónicos que proporcionan energía a tejidos periféricos, incluidos cerebro, corazón y músculo esquelético).
La evidencia científica apoya la inclusión de una dieta cetogénica bien formulada (teniendo en cuenta grasas saludables de calidad) en la lista de opciones dietéticas saludables y sostenibles para prevenir y/o controlar la diabetes mellitus tipo 2, ya que en poco tiempo logra, normalizar los niveles de glucosa en ayunas además de reducir significativamente el peso y mejorar el perfil lipídico.
Las dietas con pocas calorías o hipocalóricas, bajas en grasas y altas en carbohidratos mayoritariamente recomendadas, han fracasado en el control de la diabetes. Sin embargo, la dieta cetogénica normaliza la hemoglobina glicosilada y consigue la remisión de la enfermedad en un porcentaje elevado de pacientes.
La dieta cetogénica bien formulada por un profesional titulado en el Grado de Nutrición y Dietética, en nuestro entorno podríamos llamarla dieta cetogénica mediterránea modificada, es una opción que debe ofrecerse a la población en riesgo de diabetes y a los diabéticos ya diagnosticados, con el objetivo de promover la salud.
Consejos para controlar nuestro peso de forma saludable
La constante disponibilidad de alimentos poco saludables que constituye un ambiente obesogénico el cual podemos describir como aquel que favorece el desarrollo de obesidad o que estimula hábitos y comportamientos que conducen al exceso de peso y la inactividad física son factores promotores de obesidad más significativos que los componentes de la dieta. Si los alimentos de mala calidad disponibles son apetitosos, agradables y fuertemente publicitados, inmediatamente se observa la obesidad y el sobrepeso como resultado lógico.
Las recomendaciones para la obesidad y el sobrepeso se centran en evitar la ingestión de grasas poco saludables o grasas trans que se encuentran en alimentos ultraprocesados, como la bollería, hamburguesas, salchichas, pizzas, etc. La ingestión mayoritaria de hidratos de carbono complejos ricos en fibra dietética con frutas, vegetales y cereales integrales, en lugar de una recomendación de reducción del consumo total de carbohidratos y en una adecuada ingestión de proteínas, minerales como el calcio o magnesio y vitaminas como la A, E, D, etc. Si tienes cualquier duda te recomendamos contratar servicios de nutrición.